martes, 18 de noviembre de 2008

Presentación del proceso de lectura de Kenneth S. Goodman. Descargar

Los avances de la ciencia por lo general no derrocan las teorías que les preceden sino que las mejoran o las modifican. Se puede pensar igual con la enseñanza tradicional de la lectura en las escuelas, pero debido, quizás, a que la formación de maestros no cambia mucho en las teorías y en las nuevas concepciones acerca de la educación y específicamente en lo concerniente a la lectura, las nuevas generaciones de maestros siguen pensando la lectura desde las perspectivas en las cuales han sido formados en su niñez y no se le da cabida a estas nuevas formas como las que propone Goodman y Teberosky y de las cuales se han hecho investigaciones y se dan evidencias. Otro aspecto que quizás influya es el deseo político de los gobiernos para implementar la enseñanza de la lectura en una comprensión del proceso y en el crecimiento natural del niño dentro de su lengua escrita, pues estas innovaciones no se dan a conocer, no se enmarcan como políticas de formación emanadas desde lo gubernamental, no se dan los recursos necesarios para que se aplique, no se potencian en países como los de Latinoamérica.

Para implementar este tipo de proceso de lectura, según lo planteado por Goodman, es uno y solamente un proceso de lectura para todas las lenguas, independientemente de las diferencias en ortografía, del nivel de capacidad de los lectores, de la estructura del texto y del propósito que tenga el lector en el momento de leer. El lector, el escritor y el texto contribuyen en el proceso de lectura. El lector contribuye con su capacidad, propósito, cultura social, conocimiento previo, control lingüístico, actitudes, esquemas conceptuales, formas del lenguaje que domina, las relaciones que se establecen entre lector y escritor y las características propias del texto. Igualmente hay unas estrategias de lectura que se pueden aprender como muestreo, predicción e inferencia y los ciclos alrededor de los cuales se mueve la lectura: comenzando con un ciclo óptico que va hacia un ciclo perceptual, de allí a un ciclo gramatical o sintáctico y termina finalmente con un ciclo de significado o semántico, el cual es el fin último, el lector está siempre centrado en obtener sentido del texto.

Por lo visto entonces, no se requiere de material adicional a lo que se puede encontrar en un salón de clases sino que los textos que se utilicen sean significativos para el estudiante, pues así como se crea la necesidad del lenguaje oral, de adquirir las palabras para poder comunicar sus necesidades personales y también las sociales, aprender a leer ocurre si los lectores principiantes están respondiendo a textos significativos que son interesantes y tienen sentido para ellos[1].



[1] Goodman, K. (1982) El proceso de lectura: consideraciones a través de las lenguas y del desarrollo. En E. Ferreiro, M. Gómez Palacio (Comps.), Nuevas perspectivas sobre los procesos de lectura y escritura (pp.13-28). México: Siglo XXI Editores


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